Desde el perfecto equilibrio de sus fachadas hasta los detalles de sus suntuosos interiores, el Castillo de Cheverny encarna a la perfección el estilo clásico francés. Rodeado por un majestuoso parque botánico, Cheverny es un remanso de quietud y placer que lleva seis siglos en manos de la misma familia. Sus miembros lo han conservado respetando la tradición, pero tampoco se han quedado en el pasado, tal y como demuestra una sorprendente exposición permanente sobre las aventuras de Tintín en el mítico castillo de Moulinsart.
De estilo clásico, el Castillo de Cheverny ha conservado sus suntuosos interiores. Este señorío lleva en manos de la misma familia desde hace más de seis siglos y sus herederos, el marqués y la marquesa de Vibraye cuidan su patrimonio con gran atención. 

Edificado por el arquitecto Jacques Bougier entre 1620 y 1640, el Castillo de Cheverny es precursor del estilo francés que se impondrá durante el reinado de Luis XIV. La sobriedad y la simetría fueron las directrices del maestro de obras que erigió este edificio perfectamente recto, compuesto de un edificio central enmarcado por otros dos cuerpos y dos pabellones en ángulo. La tonalidad clara del castillo se debe a la utilización de piedra de Bourré que emblanquece y se endurece con el tiempo. Cabe señalar que el castillo no ha sufrido ninguna modificación: es idéntico a como era en el s. XVII. 

En él han dejado su impronta artesanos y artistas de renombre, como el pintor Jean Mosnier y el ebanista Hevras Hammerber. Juntos dieron forma a espléndidos interiores con techos artesonados y pintados con escenas legendarias. Los aposentos están ricamente decorados y amueblados con piezas excepcionales. Doraduras, pinturas maestras, tapicerías de Flandes y de Gobelins, cómodas Luis XIV y Luis XV y objetos de época: cada pieza está dispuesta con acierto para sumergir al visitante en la atmósfera típicamente francesa de antaño. La Cámara del Rey resplandece y la Sala de Armas cautiva con su colección de armaduras auténticas, incluyendo una armadura infantil que perteneció al conde de Chambord ¡cuando tenía tan solo 4 años! 

El parque y los jardines conforman un lienzo vegetal de increíble belleza donde también encontraremos una de las grandes curiosidades de Cheverny: la perrera. Cheverny cultiva la tradición de la montería y cría a un centenar de perros de caza, cruce de las razas poitevino francés y foxhound inglés. La hora de la comida es un buen momento en el que ir a visitarlos. Luego podrás pasear por el parque arbolado y el jardín romántico de los aprendices antes de hacer una pausa gourmet en el invernadero de naranjas y descubrir el último secreto del lugar: el de Moulinsart. 

El castillo inspiró a Hergé para las aventuras de Tintín, de ahí su exposición permanente sobre la obra más conocida de la historia del cómic. Diseñada como un espectáculo interactivo, la exposición sumerge a los visitantes en las inesperadas aventuras que tuvieron lugar en el mítico castillo de Moulinsart
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Cómo llegar
El Castillo de Cheverny se encuentra a 17 km de Blois, a 1 hora y media de París-Austerlitz. De abril a octubre, hay disponible un servicio de autobuses entre la estación de Blois-Chambord y el castillo. También se puede acceder por carretera (A10, A85 y A71), a 2 horas desde París.

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